Poder único; día cuarenta y tanto de una cuarentena.

Dicen que ante el miedo hay tres respuestas posibles: huir, luchar o quedar paralizado...Las tres vendrían a ser las respuestas correctas. Ante una amenaza que vemos puede ser letal o no tenemos la fuerza para enfrentar en ese momento huir, está muy bien. Después vemos si buscamos refuerzos o si la amenaza ya pasó (no es cuestión que tengamos que vivir huyendo, pero alejarse un poco y ver las cosas en perspectiva no está mal. Creo que me (nos) lo digo para justificar mi parálisis. Porque mi obsesión no me deja huir mucho tiempo a ningún lado, estoy empecinado en enfrentar los monstruos que creo a cada paso. Muchos (todos) hemos sentido miedo ante la pandemia y sus incertidumbres, tantos como los que hemos intuído, concluído o descartado que puede tratarse de tal o cual conspiración. Lo desconocido puede darnos miedo y la información razonable sin alarmismo puede traer calma. En realidad lo que nos da miedo no es que vayamos a morir sino como vamos a vivir. Lo que en verdad nos produce pánico -independiente del encierro, la sensación de falta de libertad- es vivir. Me refiero a vivir la plenitud de lo que somos o queremos ser, vivir auténticamente. Y este tiempo nos ha traído momentos de instropección. No solo tuvimos o tenemos que quedarnos "adentro", tarde o temorano no queda otra que mirar para adentro. (...) Como siempre el sentido común es el menos común de los sentidos y poco sustento científico han tenido muchas de estas conjeturas. Lo cierto es que nadie puede seguir negando el enorme daño que causa al planeta nuestro modo desenfrando de consumir (y producir claro está, no?). Mercado Libre lanzó un super digital y las fintech y pompadour work in progress va a quedar acá. Hace un año comenzaba mi semestre sabático tomando un blablacar de Pas de la casa a Carcassonne con una simpatiquísima francesa y su hijo que cada mes bajan a Andorra a abastecerse de cigarrillos y alcohol. "Mi airbnb" de allí que estaba prrfectamente situado enfrente a la Cité Medievale me pidió también que le lleve camels. Mi primer destino sentimental era Bordeaux pero estando tan cerca de Carcassonne que bueno que no me perdí esa joyita.